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domingo, 26 de noviembre de 2017

Hon y Rebeka en el lago sagrado

No es pixel art, no es una obra maestra, pero quería compartir este dibujo que hice hace unos días para darle variedad y un poco de apoyo visual a los temas del blog. De manera específica, en esta publicación quiero presentar a dos de los personajes más importantes de la aldea "actual".

De lado izquierdo vemos a Hon, padre de Rebeka, la niña de la derecha. Ambos están junto al lago sagrado, donde apareció Oal Mer por primera vez. Por el momento no daré información de Rebeka más allá de la relación con su padre. Quizás un poco, pero ella es un cuento para después, así que comenzaremos con el otro personaje.

¿Recuerdan el momento en que Oal Mer "se fue" de la aldea? En ese entonces sus últimas palabras dieron a entender que la deidad regresaría o renacería para "vivir" con ellos ¡Pues adivinen qué! El hombre de la imagen, Hon, es a quien los kukai consideran la "reencarnación de Oal Mer".

Si ponen atención se darán cuenta que no he confirmado el cumplimiento de una profecía, y es que no fue precisamente lo que ocurrió. Las palabras de Oal Mer antes de su partida fueron difíciles de traducir en su momento y el tiempo se encargó de sembrar fe en una leyenda ambigua que ningún kukai imaginó llegar a experimentar en carne propia.

La verdad sobre Hon es que realmente es un humano. Así es, un ser humano. El gran "pero" que marca la diferencia entre él y cualquier criatura viviente es que Hon alcanzó el estado de una deidad. Prácticamente se trata de un hombre que se volvió un dios. No pregunten cómo aún, su historia es digna de más de una publicación.

El primer momento en que Oal Mer se presentó ante los kukai, su estado fue igual al de Hon cuando llegó a la aldea. Ambos fueron sujetos normales de su especie que después de un largo proceso se convirtieron en una deidad. Ya les dije que Hon es un humano, pero sobre Oal Mer no se sabe su origen. ¿Qué tipo de especie se imaginan que pudo haber sido?

Pero volvamos con el humano: Hon consiguió tal poder y entendimiento (estando en la tierra) que podía manipular el tiempo, el espacio y la materia a su antojo. Pero alcanzar este nivel también le hizo entender que cualquier cosa que hiciera no tendría sentido, puesto que cualquier acción, por más grande que fuera, sería insignificante comparada con el universo. Adoptó una postura de observador de la vida, limitando su poder al mantenerse en forma humana.

En resumen, Hon llega a conocer el mundo de los kukai y decide "visitarlo". Los habitantes de la aldea asumen que se trata de su dios reencarnado y lo tratan como tal. Al principio Hon aseguraba no ser la deidad que esperaban, pero la insistencia de los kukai y un viaje por su historia le hizo ver que, aunque no era la reencarnación de Oal Mer, la vida del humano estaba destinada a esta aldea.

Más adelante Hon tendría una hija, Rebeka. Pueden ver un poco de spoilers en facebook buscando #RebekaMer pero su historia se contará con detalle en otra ocasión. Recuerden compartir, comentar y dar "like" o "plus" si esto ha sido de su agrado.

Gracias por su tiempo y ¡hasta la próxima!

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