Una
densa jungla que no parece tener un inicio ni un final. Un horizonte
con cerros y montañas verdes, de abundante vegetación. El mar de
árboles altos es dividido por un extenso río que pareciera separar
la jungla en dos partes.
Aquí,
en una zona más plana y rodeada por los árboles, dividida también
por el río, se encuentra la aldea OalMer. Hay casas de adobe
y barro, como pequeñas cuevas donde viven los kukai;
casi todas son como un cubo con una puerta.
Los
habitantes de esta aldea, los kukai, tienen la misma apariencia que
un ser humano. La mayoría de ellos son de piel morena u oscura. Su
mundo es casi igual al planeta tierra, pero ellos viven en una
sociedad utópica.
Son
como nativos americanos, como mexicas, como mayas; son una especie
única en el universo viviendo en un paraíso ancestral.
En
OalMer no hay electricidad, ni dinero, ni política. Las prendas son
de algodón y hechas a mano. La aldea es de adobe, barro, piedras y
en ocasiones madera. Fuera de la aldea, todo es naturaleza.
Ya
amanece y los kukai comienzan a despertar. Ellos salen de sus casas,
algunos se lavan la cara con el agua del río, otros caminan por el
puente de troncos para cruzar hacia los campos de cultivo; todos van
a comenzar su día.
El
calor de la mañana en la jungla está cada vez más presente.
Todos
los kukai se dirigen a realizar sus labores, desde los campesinos
(Bat) hasta los sacerdotes (Nur). Toman su ritmo
mientras hablan sobre la noche anterior.
Completamente
fuera de sincronía con el resto de los habitantes, se encuentra una
joven kukai de piel oscura que aún está durmiendo en su casa. Ella
empieza a despertar, mucho menos animada que los demás. Su nombre es
Naroi.
Se
puede sentir el calor de afuera, pero Naroi aún tiene suficiente
sombra cubriéndola del sol y de su calidez. Ella se levanta, sin
mayor entusiasmo, para salir de su casa. Estira el cuerpo hacia atrás
y hacia los lados, bostezando descaradamente mientras ve a los demás
kukai ya trabajando.
Uno
de los kukai encargado de los alimentos (Bat) se acerca a Naroi con
su canasto de frutas en el hombro. Él es Joka,
un joven de piel morena y algunos años mayor
que Naroi. Ella se percata y
camina unos pasos hacia él.
JOKA
(sonriendo)
¡Hao!
NAROI
(seria)
Hao…
JOKA
Me
imagino que no has comido aún.
NAROI
(igual
de seria)
No.
Acabo de despertar…
Joka
baja su canasto del hombro para mostrárselo a Naroi. Ella comienza a
buscar entre las frutas hasta tomar un
inatui (mamey) y
un ituatui
(manzana/pera). Joka
parece algo sorprendido por
la actitud tan seria
de Naroi mientras
ella
comienza a dar el primer bocado a su comida.
NAROI
(inclinando
su cabeza ligeramente)
Gracias…
JOKA
(sonriendo
de nuevo)
No
hay problema. ¡Hao hao!
NAROI
(comiendo)
Hao…
Con
el canasto nuevamente sobre sus hombros, Joka continúa su camino y
eventualmente llega con otros kukai para ofrecerles el desayuno.
Naroi lo ve caminar
hasta que lo encuentra
suficientemente lejos. Ella toma asiento junto a la puerta de su
casa, en el suelo, y continúa comiendo.
Mientras
se alimenta, Naroi piensa en lo que sucedió la noche anterior. Había
sido la fiesta de la unión, hubo comida y bailes. Pero sobre
todo, Naroi está recordando los combates; eventos deportivos y
religiosos de suma importancia en OalMer.
Al
terminar su comida Naroi se puso de pie, con las cáscaras de inatui
en su mano, y comenzó a caminar. Ella pertenece a la profesión de
los peleadores (Mer), así que se dirige hacia la arena
kukai, que
se encuentra en los límites de la aldea.
En
el camino procura no voltear a ver a nadie, evitando que alguien
llegue a
saludarla.
Antes de
llegar a la arena, tira las cáscaras de su comida hacia los árboles,
fuera de la aldea.
Después
de unos minutos, Naroi ha llegado a la zona de trabajo de su
profesión, o más bien a su
zona de entrenamiento.
La
arena kukai es como un pequeño estadio, es tierra moldeada
por la naturaleza y por
manos
kukai a lo largo del tiempo. Es
como un cráter cubierto de pasto y yerbas, el cual desciende hasta
una parte aplanada en el
centro. Ahí se encuentra un
cuadro de arena enmarcado con
piedras de río. En algunos
puntos de la arena, desde
arriba hasta
abajo, hay unas
cuántas
piedras o
pedazos de troncos
que funcionan como asientos
para los kukai.
Alrededor
del cuadro de arena se
encuentran practicando ya
varios peleadores. Naroi
apenas ha llegado, pero a diferencia de la mayoría, decide hacer su
calentamiento y sus
ejercicios
por cuenta propia. Mientras
esto sucede, un par de jóvenes Mer deciden entrar al cuadro de
arena, lo cual llama la
atención de todos los demás
kukai, incluyendo a Naroi.
Uno
de los peleadores en el cuadro es Ukau,
un joven pero experimentado Mer
de piel morena. Su contrincante es Kala,
una joven de piel oscura con algunos años menos que Ukau. Ambos
se dan un breve abrazo y luego chocan sus puños. Esto significa que
el combate comienza.
Los
demás peleadores observan el combate con atención, pero sobre todo
con emoción. Pareciera que algunos de ellos quisieran seguir
festejando como la noche anterior. Por otro lado, Naroi cruza los
brazos y observa con seriedad el combate, sin acercarse demasiado.
Ukau
se encuentra a la defensiva,
incitando a su rival para atacar. Kala aparenta
tener más energía, pero
Ukau termina evadiendo los intentos que ella hace por empujarlo fuera
del cuadro. Es evidente que
Ukau intenta explicar a Kala
un poco de su técnica conforme
avanza el enfrentamiento. Sin
embargo, entre palabra y
palabra, ella toma
desprevenido a Ukau
y
logra derribarlo.
Kala toma el brazo de su
oponente intentando aplicar una llave. Ukau se
defiende para evitar ser
sometido
mientras Kala insiste en hacer su llave.
Naroi
suelta un suspiro, gira los ojos y le da la espalda al combate para
seguir con su calentamiento. Ella
prefiere ocupar su tiempo para recordar los dos grandes combates de
la noche anterior. En su
cabeza, Naroi analiza los movimientos de Erem,
que a pesar de no ser peleador, logró darle batalla a Suil,
el kukai
más musculoso de la aldea.
Después
de darle un tiempo a aquel pensamiento, Naroi se
concentra en su gran
obsesión, su meta a superar;
Onira,
la
campeona invicta de todo OalMer. Como
siempre, fue el combate con el que se terminaron los rituales de la
noche pasada. Y Naroi insiste
en recordar a Onira y su victoria. Está perdida en sus pensamiento.
Mientras
tanto, Kala y Ukau son
interrumpidos
por un veterano de los combates, un anciano de
piel morena que observa a los
jóvenes Mer en su enfrentamiento. Se
trata del viejo
Eko.
EKO
¡No,
no! Así no, muchachos.
UKAU
(riendo
un poco)
Lo
siento. ¿Qué hicimos?
EKO
(en
tono de burla)
Pelear
no, eso es seguro.
Se
escuchan algunas risas entre los peleadores que observan. Kala suelta
una carcajada, pero inmediatamente guarda silencio para no parecer
irrespetuosa. Ella y Ukau sonríen mientras Eko les de unas palmadas
en la espalda a ambos.
KALA
(hablando
a Eko)
Sólo
es una práctica, Ukau quiso ayudarme.
EKO
Lo
sé, pero así
no van a mejorar
mucho.
UKAU
(hablando
a Eko)
¿Usamos
el agua sagrada?
EKO
No,
no. Combate de
agarres
está bien. Lo que necesitamos
es que sea un combate balanceado.
Eko
busca con la mirada y
señala a uno de los jóvenes
peleadores que están observando lo
que sucede.
EKO
(señalando
a uno de los jóvenes)
¿Crees
que él está al
nivel?
UKAU
(insgeguro)
Bueno…
KALA
(intentando
hablar en voz baja)
Yo
creo que no.
Entre
los peleadores hay risas y pequeños empujones
para hacer burla al que “no está al nivel”. Ukau
hace señas para disculparse y para señalar que Kala había hecho el
comentario y no él.
Juegos
y bromas entre amigos.
Eko
vuelve a buscar entre los
peleadores y rápidamente identifica a Naroi, ya
que es la única que
se encuentra
entrenando sin prestar atención a lo que sucede en la arena. Eko
la señala mientras ve a Ukau, quien simplemente asiente con la
cabeza. Kala parece algo sorprendida por la elección y
traga un poco de saliva.
Ukau voltea a ver a
Kala, pero ella sólo sonríe.
Eko alza un poco la voz para ser escuchado por Naroi.
EKO
(gritando
a Naroi)
¡Oye!
Eh…
UKAU
(hablando
a Eko)
Es
Naroi.
EKO
Ah,
claro. ¡Naroi! ¡Naroi!
Naroi
interrumpe sus profundos pensamientos, como saliendo
de un trance, y deja de hacer
sus ejercicios al escuchar la
voz del anciano. Ella voltea, sin querer
dar un sólo
paso hacia adelante. Eko gesticula
con la mano para pedirle a
Naroi que se acerque. Ella no
parece muy convencida, pero al final se acerca con los brazos
cruzados. A pesar de su seriedad y disimulado
descontento, ella
procura no ser maleducada.
NAROI
(seria)
Hao…
UKAU
Hao.
EKO
Oye,
Naroi, pelea contra Ukau. Está enseñando a…
UKAU
Kala.
EKO
(sonriendo)
Sí,
sí. A Kala.
Naroi
lo piensa un poco, principalmente por lo repentina e incómoda que le
parece la situación. Ella
asiente con la cabeza levemente y
luego mira a Ukau, con el ceño un tanto más fruncido. Ukau levanta
los hombros, como disculpándose nuevamente, aunque esta vez con
Naroi. Kala suelta un gran suspiro, seguido de unas risas.
KALA
(riendo)
¡Ah,
estaba preocupada! Pensé que querían que yo peleara con ella.
UKAU
No,
no sería justo. Naroi es una Mer muy fuerte.
Naroi
deja de fruncir el ceño, casi a punto de sonreír. Pero antes de que
eso pase, ella suelta sus
brazos y los estira un poco. Intenta disimular que no le importó el
cumplido de Ukau.
NAROI
(intentado
verse seria)
¿Peleamos?
UKAU
Sí,
claro.
EKO
Peleen
bien. Combate de agarres, pero con fuerza.
UKAU
Sí.
EKO
(hablando
a Kala)
Y
tú pon atención. Que después peleas tú.
KALA
(algo
avergonzada)
Está
bien.
Eko
y Kala salen del cuadro de arena, mientras Naroi y Ukau se dan el
abrazo y chocan los puños para empezar su combate. Algunos de los
demás peleadores ahora hacen calentamientos mientras observan, otros
permanecen más atentos que antes, sobre todo Kala,
quien ha tomado asiento junto a Eko.
Tanto
Naroi como Ukau mantienen su distancia por un momento, dando pequeños
pasos de un lado a otro. Los brazos levantados hacia el frente,
listos para iniciar un agarre. Ukau toma la iniciativa intentando
tomar las manos de Naroi. Ella se agacha para evitarlo y busca
empujar a Ukau desde su abdomen. Él aprovecha la posición de Naroi
y la toma con ambos brazos por la espalda, luego gira su cuerpo para
intentar arrojarla. Naroi logra estabilizarse, aún atrapada por
Ukau. Ella empuja con fuerza y ambos peleadores caen, logrando que
Naroi escape de Ukau. Naroi rápidamente aplica una llave a Ukau,
quien intenta defenderse aún estando atrapado.
Los
peleadores gritan emocionados, incluyendo al anciano Eko. Kala está
sorprendida. Naroi, confiada en su victoria, mira de reojo hacia otro
lado y alcanza a ver a una mujer de espaldas. Tiene un cabello
castaño e increíblemente largo, Naroi está segura de que es Onira.
Sin embargo, al voltearse aquella kukai, resulta ser Rebeka,
la hija de Onira, quien apenas llegaba a la arena.
Su
confusión le ha desconcentrado por un instante, que le permite a
Ukau escapar y de Naroi y aplicar otra llave. Casi de manera
inmediata, Naroi pega en el suelo para aceptar su rendición. Ukau la
suelta y el combate termina.
Ambos
peleadores se levantan mientras Eko y Kala se acercan a ellos,
caminando entre gritos y aplausos de los espectadores. Naroi se
sacude la arena, Ukau se le acerca para intentar hablar con ella en
voz baja.
UKAU
(en
voz baja)
¿Estás
bien?
NAROI
(seria)
Ajá…
UKAU
(en
voz baja)
Pensé
que ibas a ganar.
Antes
de que Naroi diera alguna respuesta, Eko y Kala se acercan. Desde
fuera del cuadro, Eko le pide a Ukau y Naroi que se acerquen,
entonces salen del cuadro. El resto de los kukai continúa con sus
ejercicios y prácticas. El espectáculo había acabado.
KALA
(emocionada,
hablando a Ukau)
¡Eso
fue increíble! Pensé que ibas a perder.
UKAU
Yo
también. Je je.
EKO
Buena
pelea, Ukau. No te rendiste, como siempre.
Naroi
vuelve a cruzar los brazos. Eko voltea a verla, imitando la cara
seria de Naroi y luego sonriendo.
EKO
(hablando
a Naroi)
Y
tú eres muy buena. Pero distraída.
NAROI
(pensando
qué decir)
Sí…
eh, gracias.
EKO
(riendo)
Pero
no te enojes, ja ja. Todos perdemos alguna vez. Ukau tuvo suerte esta
vez.
KALA
¿Verdad,
Ukau?
UKAU
¿Eso
qué significa, eh?
EKO
Ja
ja. Creo que quiere la revancha.
NAROI
Voy
a entrenar.
EKO
Sí,
sí, claro. Gracias, Naroi. ¡Ya no te distraigas!
Naroi
se aleja del cuadro de arena mientras Eko, Kala y Ukau continúan con
su sesión. Naroi comienza a hacer flexiones de brazos en el suelo.
Se mantiene firme por unos segundos con los brazos estirados mientras
soportan su peso. Ella voltea hacia donde está Rebeka, quien le ha
devuelto la mirada con una sonrisa. Naroi la ignora y continúa con
sus flexiones.
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